martes, 21 de enero de 2014

CARACTEROLOGÍAS VACUAS DE UN VÁSTAGO DEL RÍO

Si medras, y la mítica lujuria 
te reconforta, rugirá la unción 
de los mediocres; tórrida penuria 
propalarás, pingajos del patrón 

que los arrieros, en la despedida 
en que soltaron fúlgidas palomas, 
finiquitaron, funerarios: sida 
de la emoción, aljibe de las bromas. 

Ya los vestiglos de los siglos zarcos, 
palique de las Summas, sus horrores, 
micas al canto, repelieron cruces. 

Ya el esfenoide, reductor de narcos 
del Qusarat, calló. Freír colores 
es tu esperanza: cólico en que luces. 

TENER LECTORES

Uno debe proponerse 
tener lectores del palo, 
o al menos eso me tira 
mi analista. ¿Como hacerse 
un sibarita de sí, 
y que se curta el que luego 
se tope con el escrito 
que haya salido? (Pregunto 
más bien rechazando. ¿Hay falta 
en tal postura, hay soberbia, 
la retórica recula, 
como quien dice, mediante 
la indignación, impostada?) 
Escribir sin calcular. 
Sólo el lector determina 
en qué estante me coloca, 
y hasta si soy llevadero. 
Nada puedo pergeñar 
para comprarlo. Será 
eso de lo semejante, 
como siempre. Y es así: 
se trata de estar conforme 
con el bendito acabado. 
¿Y el lector? Que haga lo suyo. 
Que apruebe o que defenestre. 
O que no diga ni mu. 
No lo pienso digitar. 

domingo, 5 de enero de 2014

LA PAREJA MODERNA

Hace calor, mi vida. Descubriste 
ayer el Candy Crush y van dos días 
sin que te canses de jugarlo. Son 
millones, quizá miles de millones 
ahora mismo los que, hipnotizados, 
exangües, lo ejecutan. Por mi parte, 
toqué el violín, leí, me entusiasmé 
con minúsculas cosas. Ese grillo, 
que canta y canta, por ejemplo, ahí 
nomás, y todo lo que late, pleno 
y no por ello eufórico, sereno 
como canoas grávidas flotando 
en medio del presente: Mare Nostrum. 
Y no hay problema: nos encontraremos 
dentro de un rato, en el sommier, y te 
diré que estás más linda que la noche, 
y vos sonreirás, y jugaremos 
a las palabras que no tienen forma 
y que sólo nosotros valoramos.